Mueren tomados de la mano tras 67 años de amor

                                             Fotografias: Tomadas de Internet 

Zankyou – mar, 3 mar 2015 07:00 CET

Hay historias de amor que conmueven tanto que merecen ser contadas. La de Floyd y Violet Hartwing es una de ellas. Esta pareja de ancianos estadounidenses que, el pasado 11 de febrero, moría con apenas cinco horas de diferencia, cogida de la mano, tras 67 años de amor ininterrumpido.

A Violet y Floyd los unió el destino desde muy pronto. Se conocían desde niños, pero no fue hasta su juventud, poco antes de la Segunda Guerra Mundial, cuando comenzaron una historia de amor que acabaría conmocionando y enterneciendo a partes iguales al mundo entero. Muy unidos desde que iniciaron su noviazgo, el estallido de la guerra los separó por primera vez. Floyd tuvo que alistarse en la Marina pero nunca dejó de escribir a Violet, que hacía lo propio rezando para que él volviese a casa.

Tras la contienda, se casaron y tuvieron 3 hijos, una de ellas, ha sido quién ha dado a conocer ahora su historia. Ella misma definía la historia de amor de sus padres para la cadena estadounidense ABC como “una historia de amor que bien podría pasar por una película de Holywood” . “No tenían nada especial, simplemente eran gente decente que siempre se apoyaba independiemente de la situación”, cuenta.

Y es que, por desgracia, Floyd y Violet aprendieron a lo largo de su vida lo que significaba apoyarse y quererse “en la salud y en la enfermedad”. Violet fue hace unos años diagnosticada con demencia, y poco después, a Floyd le informaron de que tenía insuficiencia renal y un cáncer de vejiga que le dejaba poca esperanza de vida.

Pese a las dificultades, ambos se mantuvieron unidos y, al ver que sus fuerzas empezaban a fallarles, sus hijos decidieron unir sus camas en el hospital para que pasaran juntos sus últimos momentos. No imaginaban que, con 90 y 89 años respectivamente, Floyd y Violet se marcharían cogidos de la mano con apenas cinco horas de diferencia.

“Estaban completamente dedicados el uno al otro, eran como uno solo”, explica su hija. Y así siguieron hasta el día que fallecieron. “No querían irse el uno sin el otro y finalmente lo consiguieron”, cuenta. “Creo que la gente necesita oír que hay historias así y volver a recuperar la idea de que el matrimonio es para siempre”.

Y es que la de Floyd y Violet nos demuestra que en la vida real también existen las historias de cuento, las de un amor verdadero que, pese a las dificultades, puede superar el paso de los años y seguir tan intacto como el primer día.